El pasado sábado 15 de febrero de 2025, la Sala de Cámara del Auditorio Nacional de Música fue testigo de una velada inolvidable en el marco del Ciclo Batuta. La Orquesta Metropolitana de Madrid, dirigida por la maestra Silvia Sanz Torre, ofreció una interpretación cautivadora de la Serenata para Cuerdas Op. 22 de Antonín Dvořák, sumergiendo al público en un viaje sensorial que combinó música, aprendizaje y emoción.
Desde el primer compás, los asistentes fueron partícipes de una experiencia musical única. Gracias al innovador formato del Ciclo Batuta , el concierto no fue solo una audición, sino una clase magistral interactiva que desentrañó los secretos del sonido de los instrumentos de cuerda frotada. La directora, con su cercanía y carisma, guió al público a través de las características del violín, la viola, el violonchelo y el contrabajo, mostrando sus singularidades y técnicas específicas mediante ejemplos en directo.
La Serenata de Dvořák, una de las obras más reconocidas del repertorio romántico para cuerdas, brilló en toda su esencia. El público, completamente inmerso en la experiencia, participó activamente durante la propina, aportando su propia percusión al ritmo de Libertango de Inma Shara Bratislava, lo que añadió una capa de energía y complicidad a la velada. A lo largo del concierto, la directora Silvia Sanz Torre guió a la orquesta con explicaciones detalladas que mantenían el interés y la curiosidad del público. Con cada comentario, los músicos levantaban sus instrumentos, señalando las partes que Silvia iba describiendo, creando un vínculo único entre la música y su ejecución.
Además, en un momento especialmente significativo, los miembros de la orquesta intercambiaron posiciones para representar la disposición original de la orquesta de cuerdas de la época de Dvořák, añadiendo una dimensión visual que complementaba la interpretación. Esta representación fue un guiño a la tradición, permitiendo al público no solo escuchar, sino también visualizar la música en su contexto histórico.
El público disfrutó del elegante Tempo di Valse, se dejó llevar por la vitalidad del Scherzo y se emocionó con la profundidad del Larghetto. La interpretación destacó por su sensibilidad, el equilibrio entre las distintas secciones y una calidez sonora que envolvió por completo la sala. La conexión entre la orquesta y los asistentes fue palpable, reforzada por la cercanía que ofrece la Sala de Cámara. Silvia Sanz Torre, una vez más, supo crear un ambiente didáctico y ameno, conquistando tanto a los melómanos habituales como a aquellos que se acercaban por primera vez a un concierto de música clásica.
Durante el concierto, era conmovedor observar cómo algunos niños en las tribunas seguían atentos la actuación con pequeños prismáticos, mientras otros tomaban notas y comentaban lo que aprendían con sus padres. La diversidad de edades entre el público era evidente: desde jóvenes curiosos hasta adultos que descubrieron nuevas curiosidades sobre los instrumentos de cuerda. Se podía ver cómo parte de la audiencia se mecía suavemente en sus butacas al ritmo de la música, dejándose llevar por la cadencia de la serenata.
El público respondió con aplausos entusiastas y una ovación final que reconoció el esfuerzo y talento de todos los músicos. Al finalizar, el auditorio, lleno de aplausos, dejó un escenario repleto de músicos emocionados, que se abrazaban entre ellos, compartiendo la alegría y la satisfacción de una interpretación que había tocado profundamente tanto a los intérpretes como a los asistentes. «Ha sido una experiencia increíble. Nunca había comprendido tan bien la música mientras la disfrutaba», comentó una de las asistentes al finalizar el concierto, reflejando el impacto de una velada tan única y conmovedora.
Esta segunda entrega del Ciclo Batuta confirma el éxito de una propuesta que logra, con sencillez y rigor, acercar la música clásica a todos los públicos.
Sin duda, el Ciclo Batuta continúa siendo una puerta abierta a la música, donde aprender, sentir y disfrutar se dan la mano en cada nota.
Y para quienes ya están pensando en el próximo encuentro, la cita será en el tercer programa del Ciclo Sinfónico-Coral, que tendrá lugar en las próximas semanas. Bajo la batuta de Silvia Sanz Torre, la Orquesta Metropolitana de Madrid, el Coro Talía junto a la soprano Mar Morán, y el chelista Guillem Gràcia, interpretará un repertorio dedicado a la música francesa de los siglos XIX y XX, con obras tan evocadoras como la Pavana de Fauré, el Concierto para violonchelo n.º 1 de Saint-Saëns y el Stabat Mater de Poulenc.
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